Anoche

Anoche me dijiste algo increíble, inesperado. Ya no estaremos más juntos, anunciaste. Te dejo. Estoy aburrida. Te estás poniendo, viejo, feo, estúpido y cobarde. No quiero ser enterrada en vida a los cincuenta, y ya no estamos tan lejos. Así que te dejo. Adiós. Luego te marchaste, dejaste todas tus cosas menos la computadora. Todo tiene tu olor, todo tiene la medida del fracaso y el conformismo. Polvoso y roto.

---

Miré el reloj y pensé en qué hacer. ¿Dejarte ir?, ¿intentar razonar?, ¿pedirte que me dejaras sacar los archivos de la computadora?  Qué fastidio que hagas esto en lunes por la noche, cuando al otro día hay tanto que hacer desde temprano.