(Publicado en el suplemento cultural Identidad, del periódico El Mexicano, 13 de agosto de 2013)
Entre 2008 y 2009,
la situación de la avenida Revolución era lamentable. En 2009 se lanzó un
manifiesto en el que se proponían alternativas para rescatarla. Ese mismo año se
abrió el Pasaje Rodríguez y posteriormente, en 2012, los pasajes Gómez y
Revolución. En este último se encuentra un espacio con un perfil muy específico,
el arte contemporáneo, que aporta un valor agregado a los pasajes al tiempo que
entraña un mayor nivel de dificultad en su gestión. En julio pasado, el espacio
cumplió un año de trabajo. Mirando hacia atrás, podemos encontrar los
antecedentes de 206 en un fanzine que se llamaba Escampavia, en trayectorias y
proyectos individuales de sus integrantes. Vale la pena hacer un recuento de lo
que ha sido el proyecto a un año de distancia y, también, los retos y
oportunidades que se vislumbran en el futuro. A continuación, una entrevista
con Mónica Arreola y Yavé Lobsang, parte del equipo de 206 Arte Contemporáneo.
¿Qué es 206 Arte Contemporáneo?
(MA) 206 Arte Contemporáneo
es un espacio independiente que tiene el objetivo de crear un vínculo con la
nueva generación de artistas y con artistas con trayectoria. Nos interesa
mostrar obra y crear un diálogo a partir de conversaciones muy específicas. Es
un lugar que trabaja fuera de las instituciones, 100% independiente. Surge a
partir de que vimos todo lo que estaba pasando en los pasajes, de cómo se
estaban utilizando los espacios. Ya lo habíamos platicado en varias ocasiones y
nos llamaba mucho la atención la recuperación de los espacios. Hubo la
oportunidad de este espacio y no la pensamos ni una semana, nos aventamos. Al
principio la idea era trabajar únicamente con artistas emergentes. Pero después
decidimos que también nos interesaba unir
dos núcleos muy distintos en lo generacional. Por eso invitamos a Alejandro
Zacarías, un artista con trayectoria, a quien contraponemos con el trabajo de
Omar Pimienta o PANCA, que es todavía más joven. Pero tratar de generar diálogos
tan distintos generacionalmente nos dio la sorpresa de que los públicos no se mezclan.
Nuestro propósito era unirlos, pero los públicos están muy fragmentados. Los
nuevos con los nuevos, y los artistas con trayectoria por su lado.
¿Quiénes conforman 206?
(MA) En área de
dirección estamos Melissa Arreola, Mónica Arreola y Yavé Lobsang; en el área de
curaduría y asesoría externa, Abril Castro; en museografía, Luis Dueñas; y en
fotografía de registro, Christian Vargas. Desde que comenzamos nos hemos
mantenido, aquí seguimos trabajando todos.
¿Cuántas
exposiciones llevan?
Son tres colectivas
y tres individuales. Inauguramos con Volumen I, una colectiva sobre mujeres; tuvimos
una individual de PANCA, otra de Omar Pimienta; Pata de Perro, individual de Alejandro Zacarías; Rotura, colectiva
de hombres a cargo de Hugo Lugo y; actualmente, Distancia, colectiva de
fotografía de Baja California. Las presentaciones de los libros Inédito de
Yvonne Venegas, y Border Pop de Rafa Saavedra. También, en conjunto con
Entijuanarte, la presentación de Armando Alanís, el artista de Monterrey que tiene
el proyecto de Acción Poética. También una presentación de poesía, Escritores
por Juárez, en la que estuvo Omar Pimienta,
Esmeralda Ceballos y Sayak Valencia, a partir de Juárez y la violencia. Tuvimos
la plática con Sandra Bello, sobre su trabajo, en fotografía; y los talleres de
Sidharta Ochoa, de literatura experimental, y de Fausto Alzati, de ensayo, éste
en colaboración con Interzona.
¿Por qué una artista
con trayectoria se avienta la bronca de abrir y manejar una galería con un
acento muy especial, con la mirada puesta en lo contemporáneo?
(MA) Yo creo que
tiene mucho que ver con la ciudad, con lo que aporta a la ciudad. No he dejado
mi trabajo como arquitecta. Paralelamente, cuando abrí el espacio estaba
estudiando la maestría. Era mi trabajo de oficina, la maestría, la galería y
trabajos personales. ¿Por qué abrirlo? Porque a mí me parece interesante estar
siempre activa. Para mí, un parte aguas fue la ruptura que existió en el Cecut
a la llegada de Virgilio (Muñoz). Por muchos años la institución ha apoyado y
avalado tu trabajo. Cuando se cierran las puertas. ¿Hacia dónde vas? Hacia
donde van las nuevas generaciones. Era eso, proporcionar a la ciudad un espacio
más para las nuevas generaciones, porque no lo voy a utilizar para exponer mi
trabajo. También, para establecer un vínculo. ¿De qué manera te puedes vincular
con la nueva generación? Trabajando con ellos. El propósito era saber qué está
pasando en la ciudad. A mí siempre me ha gustado mucho gestionar y andar
haciendo cosas, con lo de Todos Somos un Mundo Pequeño andábamos muy activos,
trabajando. Siempre he creído que la ciudad se mueve, en ese sentido hay que
trabajarla, para que siga viva.
(YL) Coincido
contigo en esta idea de que cuando hubo esta ruptura entre las instituciones y los artistas
locales, esta nueva generación de la que estamos hablando se mudó a otras
ciudades del país. Se fueron a San Diego, a Guadalajara, a Monterrey, al D.F.
Me quedé con la duda de qué iba a pasar con este proceso de los artistas de la
ciudad. ¿A dónde se va a ir el arte?, ¿quién lo va a manejar?, ¿con quién se va
a ir? Con la experiencia que tienen Mónica y Melissa Arreola; la mía como
promotor de la cultura, administrando otros espacios y actividades dije,
adelante, tenemos que hacer algo. Tampoco estoy diciendo que somos los
salvadores del arte en Tijuana, pero esto que vez es un granito de arena para
la construcción y la definición del arte en la ciudad.
(MA) Yo creo que los
que formamos parte del boom que hubo en Tijuana en el 2000, esa generación, nos
quedamos bien impactados, de viajar un montón, de estar en los medios, Tijuana
aquí y allá. Esa energía se nos quedó tan impregnada que nos ponemos a
trabajar, como el caso de Adriana Trujillo e Itzel Martínez con Bordocs, Melly
Barragán y Daniel Ruanova; la editorial de Checo Brown, muy bonita, con libros
seriados, en edición limitada. Yo creo que nos impactó tanto haber sido parte
de ese boom que queremos seguir trabajando para la ciudad. Hay mucha gente que
tiene energía y hay que trabajar con ella. El trabajo final de la escuela de la
maestría lo quiero enfocar en eso, en artistas de los noventa que están
haciendo cosas por la ciudad. ¿Por qué artistas de los noventa están dedicando
su tiempo al trabajo para los demás, para las nuevas generaciones? Quieras o
no, hay un proceso generacional muy grande. A mis 37 años me quedo platicando
con un chavo de 25 o hasta de 16. Empiezas a ver que sí puede haber un diálogo,
y ellos pueden aprender de lo que pasó. Hacerlos parte de eso, si viene
trabajando en esta generación, vienen de ahí.
(MA) Nunca pensamos el alcance que ha tenido
la galería. Era muy naíf el asunto. Yo decía entre juego y juego que a los
cuarenta años iba a tener la galería de arte contemporáneo más importante de la
ciudad. Pero cuando empezamos a trabajar nos dimos cuenta que es un jalesote
coordinar a nueve artistas, o a uno solo. No es lo mismo que te vayas a
emborrachar al Turístico o a la Mezcalera que estar trabajando con ellos aquí.
Entonces empiezas a definir que esto es un trabajo. Nos encanta trabajar con
artistas que valoren su trabajo y que estén dispuestos a venderlo. Porque
también hay artistas que no quieren vender. A nosotros nos queda claro que sí queremos
vender. No es porque queramos vivir del arte, sino que nos interesa que se
valore el trabajo del artista. Nos interesa que se genere el coleccionismo en
Tijuana, entre la gente joven o los adultos jóvenes, que exista esta dinámica.
Poco a poco hemos llegado a tener una cartera de coleccionistas que ya saben
que cuando vienen aquí se pueden llevar una pieza accesible a sus bolsillos.
Entonces, nos interesa tener esta logística particular de las galerías, la
venta del artista, la plática, el evento. Para que los nuevos artistas conozcan
qué se hace en otras ciudades. No nos interesa la informalidad. Nos interesa
ser formales y llegar a un buen diálogo con toda la gente. Yo creo que eso se
nota en la galería, que se vea profesional, con cosas que tienen calidad. En
eso trabajamos.
Por eso nos interesó
una plantilla de equipo. Imagínate a nosotros montando, haciendo cuestiones
administrativas, tomando fotos, es imposible. Por eso hemos dividido el trabajo
con gente en la que creemos mucho, que es profesional. Estaría en chino si
nosotros quisiéramos hacer todo. Desde ese momento creemos que partimos de un
asunto más profesional.
¿Cómo ha reaccionado
la comunidad artística?
(MA) No sé.
Directamente, yo no he tenido un diálogo para saber qué piensan de la galería.
Estaba pensando, en las inauguraciones, poner un buzón para saber qué piensan
de la galería. Realmente me interesa saber qué se piensa de la galería. No
tengo un registro de buenas o malas críticas, realmente no lo tengo.
(YL) A mí me
gustaría también que, con estos talleres que hemos organizado podamos empezar a
formar en nuestro espacio a personas críticas, que sean críticos de arte. Que
vayan a las exposiciones, no solo a las nuestras, también hay otras galerías
independientes, a las instituciones y que platiquen de lo que está pasando.
Solo leo un reporte general, un artículo de lo que sucedió, notas. Pero hace
falte una crítica real del arte.
(MA) Eso yo se lo
dejaría a las universidades, no a las galerías independientes.
(YL) Claro, no estoy
diciendo que los galeristas lo tenemos que hacer. Tiene que quien lo haga.
Entro en el tema que me gustaría escuchar a alguien que hable de nosotros.
(MA) Sí, porque
realmente nos ha tocado hablar con reporteros que vienen a hacer notas
informativas sobre los espacios independientes. Pero no hay alguien que diga
cómo ve la galería, qué le hace falta o qué sucede. Lo que sí puedo comentar es
que los artistas que hemos tenido aquí, al menos lo que fue Ruptura con Hugo
Lugo, y esta, están muy emocionados con la invitación. Yo supongo que si hay
entusiasmo es porque les gusta el espacio y eso es una buena señal.
¿Qué oportunidades y
que retos les plantea el espacio, aquí en el pasaje?
(MA) Mira, si nos
vamos a lo micro, estas cuatro paredes nos han funcionado bien porque tenemos
la energía y el tiempo para trabajar con estos metros lineales. Si nos vamos al
contexto, sí hemos tenido después de un año y medio, conversaciones sobre si
nos quedamos o nos salimos. Aquí donde estamos está un poquito muerto, muy
tranquilo. A nosotros como galería nos funcionan las inauguraciones, la fiesta,
esos días hay mucha gente, pero ya después vienen cuatro o cinco personas por
semana. En este momento no está funcionando como pensamos en un principio, no
está sucediendo todo lo que dijeron que iba a pasar.
¿Eso depende de qué,
de los otros espacios, de la ubicación, del público?
(MA) Yo creo que
está bien ubicada la plaza, yo creo que falta un programa interno, administrativo,
de que la gente que esté rentando abra, que tenga la responsabilidad de estar
aquí trabajando. Prácticamente algunos lugares están siendo rentados como
bodegas. Vienen y casi no los vemos.
(YL) También que a los
administradores, que no tienen nada que ver con el arte, que son gente de
negocios, que toda su vida se han dedicado a las curios o a vender productos
chinos, les tiene que entrar la rachita de hacer difusión a estos espacios. Si
no lo pueden hacer ellos, que se alíen con alguno de nosotros o con alguien que
conozcan que tenga que ver con la cultura. Pero también tengo una teoría. La
ciudad está ahorita en movimiento. En la Revolución están empezando a abrir
restaurantes y boutiques de ropa, yo nunca me imaginé que se iba a abrir eso.
Nosotros estamos en medio de una transición. En lo que se acomoda todo, sí es
un desmadre.
(MA) Yo creo que como
muchas cosas en la vida, la cultura se trata de mucha resistencia. Yo creo que
vamos a resistir lo que podamos. No creo que este boom cultural de los pasajes haya
llegado al límite. Creo que vamos, quiero ser bastante optimista, y como dice Yavé,
esperar que la Revolución vuelva a repuntar a partir de esta gente tijuanense,
y resistir para seguir creciendo.
¿Cómo se vinculan
como artistas, como galería, con el momento que se vive el arte en la ciudad?
(YL) Se están
enfocando a la comunidad. Sus planes de trabajo son llegar a las comunidades
que no tiene la accesibilidad en las artes. Así lo veo en los programas de
CEART.
(MA) Las
instituciones siguen estando ahí. Pero creo que ahorita no son para nosotros,
ni para la nueva generación ni para nosotros.
Le voy a dar toda mi buena fe y voluntad a Pedro (Ochoa), él está
entrando. Yo creo que con la administración de Pedro en el Centro Cultural se
logre este repunte y se logre otra vez apoyar a los artistas. Porque al final,
el artista, le guste o no, necesita el apoyo de una institución, de un trabajo
en conjunto. Yo espero que el Centro Cultural retome las riendas de lo que
sucede en la ciudad. En cuanto entró al Cecut, Pedro Ochoa nos llamó a gran
parte de los espacios independientes reconociendo la labor independiente que
hemos estado haciendo.
(MA) A mí me
preocupa tener diez años de la Escuela de Artes y no ver un repunte fuerte de
esa generación. Yo creo que esta generación de la UABC, lo platicaba con
Heriberto Yépez la última vez que estuvo en Tijuana, no está tocando un tema
importante de repunte, que está llamando la atención en el extranjero: la
frontera. No sé si estoy equivocada, pero andan con temas muy personales, y
está bien, se hace en Nueva York y Los Ángeles, tienen que sobrepasar los temas
que ya conocemos. Pero creo que va a venir una nueva generación, que va venir
de la UABC, a retomar el tema de la frontera de una manera muy distinta a como
nosotros lo tomamos. Ahí es cuando se va a notar la ciudad nuevamente, con esta
generación de artistas. Yo siento que están esparcidos, hablaba con Heriberto,
¿qué pasa?, ¿dónde están? En esta exposición, nada más tengo a un estudiante de
la UABC, a Robertha, yo sí me preocuparía. Bryan y Christian son de
Humanidades, Esteban es arquitecto, el otro Esteban es comunicólogo, hay una
diseñadora gráfica y el otro tiene una carrera que no tiene nada que ver con
las artes, mercadotecnia.
Hay muy buena voluntad
con las otras galerías. Hablas con los chavos, piden información para
difundirla en sus páginas. De la Escuela de Artes, más en el pasaje Rodríguez
hay varias galerías por estudiantes de la UABC. Como artistas se están
dedicando a la gestión cultural: Nodo, Praxis y Freelance.
¿Cómo se ven ustedes
en diez o quince años? ¿Qué tipo de consecuencias pueda tener 206 en el futuro?
¿Cómo creen que impacten en la formación de públicos, de artistas o de
coleccionistas?
Obviamente nos
interesa crecer, en espacio, en propuestas. Nos gustaría ser un punto de
referencia, si se puede el más importante de la ciudad. Por ejemplo, en base de
datos. Para la gente que viene de fuera, si quiere conocer algo de Tijuana, una
historia, o qué está pasando en Tijuana, poder hablar de lo que está sucediendo
en el arte contemporáneo. Obviamente, nos gustaría poder trabajar en ferias de
arte para poder mostrar, ya sea en México, en otras partes del mundo, lo que se
está generando en Tijuana, en el campo del arte. Nos interesaría tener esta
movilidad, llevar un trabajo de gestión importante para la ciudad.
(YL) A lo mejor me
voy a ver medio poético: evidenciar el mito de Tijuana, que está clasificada
como una ciudad que hace mucho arte. Sinceramente, yo pienso que es un mito, no
lo veo de esa magnitud, tal como lo publican. Nosotros, cualquier otro promotor
o galería que salga de la ciudad o del país, ya está evidenciando eso de lo que
se habla. Sería muy importante, o muy padre, que nosotros fuéramos parte de esa
evidencia.
¿En ese sentido, que
tipo de redes han tejido, que resonancia han tenido fuera de Tijuana y que
redes han alcanzado tejer, luego de un
año de trabajo?
(MA) Obviamente la
principal es la conectividad con la nueva generación.
(YL) Otra cosa es
que se ha estado muy al tanto de ir a MACO y darse a conocer, presentarse con
la gente, hablarles del proyecto que traemos. Estamos buscando la proyección
con las ferias locales, en Entijuanarte estamos presentes, en los medios.
¿Se han acercado
para buscar exposiciones?
(MA) Sí, cada mes
llegan una o dos propuestas. Por ejemplo, una chava de Hermosillo, Miriam
Salado, nos mandó su portafolio el primer mes que abrimos, pero ya teníamos
todo agendado. Hablé con ella hace un mes y medio, le pedí que me mandara su
portafolio porque la vamos a agendar en el 2014. El próximo año nos gustaría
trabajar con gente de fuera. Si ya tenemos un año trabajando con gente de Baja
California, ahora toca traer nuevas propuestas.